Mis Cumpleaños.


Hoy cumplo años, o cuando lea de nuevo esto, ya los habre cumplido. Ya he tomado fortaleza para seguir mirando con la cabeza bien en alto, y saber con precisión donde ubicar la escalera para subirme al llamado “segundo piso”. Lugar en donde tengo la vista de cualquier ser en transición, en donde la vida ha dejado de tener la inocencia que solía tener, para conservar el dulce significado de la madurez. Desde el segundo piso, como la llama mi hermana, observo las travesuras y triunfos que he logrado mientras escalaba estos 20 escalones, mientras buscaba la manera más correcta de armar la escalera que me condusiece hasta donde he llegado.

20 escalones, cada uno de ellos impregnado por el sudor derramado en las arduas jornadas de construcción que implicaba cada peldaño. En cada escalón hay grafittis, rayones, rastros de sangre de las aporreadas que tuve en algunos de ellos, y otros con muchos lirios y demás honores obtenidos en su construcción. No son muchos, pero tampoco son pocos. Espero que los otros escalones sean aun más bonitos que los anteriores, de que con el pasar del tiempo cada peldaño me conduzca a la anhelada Gloria. Gracias a mi madre, gracias a mis hermanos, gracias a todos, gracias a Dios por darme el conocimiento de obrar como un gran constructor. Gracias a la vida, gracias al tiempo, gracias a la brisa por dejarme existir en este magnifico universo.

He vivido relativamente dos horas y treinta y ocho minutos en este nuevo escalón, solo la timbrada de mi teléfono me indicara la hora exacta en que nací, pues mi madre me garantizo que en la hora en que me dio a luz, me llamaría para recalcarme la grandeza que hace veinte años parió, las dos criaturas que le han sacado canas y unas cuantas machas regadas en la piel. Gracias Mami por haberme dado el don de la vida, gracias Dios por hacerme un pisciano más sobre la faz de la tierra.

Para mi hermano, un gran abrazo y un beso inmenso, pues ha sido el unico que ha estado al lado mió en la construcción de estos 20 escalones. Fue cómplice en mi nacimiento, el acompañante en la odisea de nacer, y el que ha preparado conmigo la mezcla para edificar estos veinte años. Mi hermanito “el chomo”, el compañero de obra más grande que he tenido y seguiré teniendo, es uno de los tesoros que mas quiero en este mundo, por el simple y grandioso hecho de que ha visto la vida con los mismos ojos con los que yo la he visto.

El destino no es de uno, simplemente esta a nuestro alrededor.

La vida da muchos giros, y en realidad me arrepiento de todo corazón cuando contradecía a mi profesora de Español en el bachillerato, cuando le decía que el destino de uno no esta escrito como se afirmaban en algunas ocasiones, sino que era cada persona dueña de su propio porvenir, que cada ser humano con su facultad de razonar se crea su propio destino. Ahora que vivo en Medellín, y que estoy apartado de mi gran familia, digo gran familia porque hemos sido grandes en tantas adversidades que hemos padecido; y de aquellos seres que me vieron triunfar y crecer, puedo comprendo la grandeza del señor (Dios), y me doy cuenta de que el destino ya esta escrito; mejor dicho, he aceptado que el destino es como una partida de Poker, las cartas ya están sobre la mesa, simplemente a cada uno le toca es barajar y saber jugar.

Me contradigo de mis discusiones carecientes de lógica con la profe Villalba, porque me ocurrió un hecho que marco mucho mi vida. Cuando estaba en Santa fe de Antioquia, le había dicho a mi mamá que quería triunfar, que quería salir adelante, quería demostrar aun mas de lo que era capaz, porque estando en ese bello municipio de Antioquia no se progresaría de igual forma como se puede hacer en la capital de la montaña (Medellín). Luego de platicarle mis decisiones y mis aspiraciones, para ese entonces muy remotas y escasas de traerlas a la realidad; me llama una tía por parte de papa (Beatriz Tejada P.) proponiéndome la oferta de que si quería trabajar, estudiar, y vivir en compañía de toda su familia. Pues sinceramente, fue como yo decir que me dieran esto, y apareció el todo poderoso para dármelo. Así fue, le acepte a mi tía la propuesta, y a las tres semanas de haberse concebido dicha oferta, ya me encontraba en Medellín.

Me sentía un poco defraudado cuando salí del bachillerato, pues ver partir a mis amigos probar un mejor futuro, y viendo como personas que no me daban la talla se iban para la gran ciudad de los antioqueños a progresar; fue para mi una experiencia muy dura, en donde explote mi humildad y mi nobleza; pues me toco aguardar con paciencia y fe durante un año para que todo pasara como lo había soñada. Hoy en día, me alegra muchísimo estar en Medellín y vivir toreando a ese toro loco apodado "La vida".

Todo fue como cerrar los ojos y abrirlos para observa la realidad a la que me hacia acreedor por mis esfuerzos a lo largo de mi corta vida. Ya me encuentro en Medellín, trabajando en un muy buen lugar, con la universidad ya lista para comenzar, y viviendo en compañía de una familia muy humilde, pero sobre todo, muy humanitaria.

Solo cabe decir, que seguiré siendo el mismo chico que andaba acarreriado por el empedrado santafereño, seré el mismo descomplicado y humilde como lo he sido, seguiré siendo ese Esteban que por casualidad usted o ustedes conocen. Este blogger es simplemente una ventana escrita de lo que ha sido, es y será mi vida.

La fiesta.

Otro de esos inolvidables momentos que pasamos juntos, y fue precisamente en el paseo que hicimos a la finca de anny en donde nos hibamos despidiendo de la vida en el bachillerato.